El texto de Linda Nochlin ¿por qué no ha habido grandes mujeres artistas? se presenta como un cúmulo de factores que a lo largo de la historia han marcado a la mujer artista como un papel secundario dentro del arte.

Nochlin tiene buenos aciertos cuando plantea que las feministas muerden el cebo al tratar de responder la pregunta, eso define que las feministas al tratar de responder  dicha pregunta lo refuerzan con implicaciones negativas, porque están cuestionándolo.

Es una realidad que cuando existe luz existe sombra y si hay ricos hay pobres, por lo tanto, si hay machismo hay feminismo. Los feministas saben que existe el problema de la mujer, pero ¿se eliminaría ese problema si no creyéramos en el machismo y por lo tanto no tendríamos que creer en el feminismo?, tal vez.

Pero hay que tener en cuenta que es un texto escrito en torno a 1968 aporta ideas frescas y bien razonadas, aunque se dispersa en temas del genio creador, el aura mágica del artista y la “mitología” de los ARTISTAS. Pero lo importante no es esto, creo que lo importante es algo que pincela Nochlin y es que el enfoque debería ser la sociología del arte, las respuesta a la pregunta se encuentra en la sociedad, que aún hoy en día está plagada de tópicos y premisas simplistas sobre el orden natural de las cosas tomando las propias palabras de Nochlin.

Como dice Yayo Aznar Almazán en su libro últimas tendencias del arte, el pensamiento feminista no ha sido homogéneo. Durante los últimos 40 años las pocas generaciones de artistas que se han posicionado dentro del feminismo han utilizado diferentes recursos y soluciones artísticas pero porque estaban dentro de la sociedad. Lo que quiero demostrar es que a lo largo de la historia se han pasado por diferentes etapas. Estas distintas visiones del arte han ido influenciando a la hora de hacer arte y por lo tanto no es un problema de ser mujer o hombre, es el medio social donde nos encontramos lo que nos condiciona en el arte, por eso es ridículo plantearse la historia hacia atrás, lo interesante e inteligente es planteárselo hacia delante, aportar desde la situación en la que nos encontramos. Como dice Arthur Danto en su libro Después del fin del arte, ya no es posible aplicar las nociones tradicionales de la estética al arte contemporáneo, sino que hay que centrarse en una filosofía de la crítica de arte que pueda arrojar luz sobre la que quizá sea la característica más sorprendente  del arte contemporáneo: que todo es posible.

El texto de Linda Nochlin ¿por qué no ha habido grandes mujeres artistas? se presenta como un cúmulo de factores que a lo largo de la historia han marcado a la mujer artista como un papel secundario dentro del arte.

Nochlin tiene buenos aciertos cuando plantea que las feministas muerden el cebo al tratar de responder la pregunta, eso define que las feministas al tratar de responder  dicha pregunta lo refuerzan con implicaciones negativas, porque están cuestionándolo.

Es una realidad que cuando existe luz existe sombra y si hay ricos hay pobres, por lo tanto, si hay machismo hay feminismo. Los feministas saben que existe el problema de la mujer, pero ¿se eliminaría ese problema si no creyéramos en el machismo y por lo tanto no tendríamos que creer en el feminismo?, tal vez.

Pero hay que tener en cuenta que es un texto escrito en torno a 1968 aporta ideas frescas y bien razonadas, aunque se dispersa en temas del genio creador, el aura mágica del artista y la “mitología” de los ARTISTAS. Pero lo importante no es esto, creo que lo importante es algo que pincela Nochlin y es que el enfoque debería ser la sociología del arte, las respuesta a la pregunta se encuentra en la sociedad, que aún hoy en día está plagada de tópicos y premisas simplistas sobre el orden natural de las cosas tomando las propias palabras de Nochlin.

Como dice Yayo Aznar Almazán en su libro últimas tendencias del arte, el pensamiento feminista no ha sido homogéneo. Durante los últimos 40 años las pocas generaciones de artistas que se han posicionado dentro del feminismo han utilizado diferentes recursos y soluciones artísticas pero porque estaban dentro de la sociedad. Lo que quiero demostrar es que a lo largo de la historia se han pasado por diferentes etapas. Estas distintas visiones del arte han ido influenciando a la hora de hacer arte y por lo tanto no es un problema de ser mujer o hombre, es el medio social donde nos encontramos lo que nos condiciona en el arte, por eso es ridículo plantearse la historia hacia atrás, lo interesante e inteligente es planteárselo hacia delante, aportar desde la situación en la que nos encontramos. Como dice Arthur Danto en su libro Después del fin del arte, ya no es posible aplicar las nociones tradicionales de la estética al arte contemporáneo, sino que hay que centrarse en una filosofía de la crítica de arte que pueda arrojar luz sobre la que quizá sea la característica más sorprendente  del arte contemporáneo: que todo es posible.